¿Quién se atrevería a juzgar a un Arcángel? Sin embargo la reciente y
sobria inauguración del Memorial de la Ocupación de Budapest por el nazismo fue
precedida de una serie de discusiones que no termina de disiparse. Ciertas voces
críticas sostuvieron que la imagen de San
Gabriel –sufriente, pasivo, indefenso- atacado por un águila rapaz no refleja
adecuadamente el rol de Hungría en la Segunda Guerra Mundial.
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Franz Liszt |
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Memorial Ocupación |
Conocerás al árbol por sus frutos, y a las personas por sus familias. A
las sociedades se las conoce a través de sus fiestas y de sus esculturas. Aquéllas
son sus madres, y éstas son sus hijas. Budapest es pródiga en estatuas que nos
ayudan a comprender sus latidos, sus sueños, sus pesares….
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Plaza de los Héroes |
Desde luego, no todas las esculturas son iguales. Las creadas hasta
mediados del siglo 20 son altivas, graves, ceremoniosas, como los jefes de las
siete tribus fundadoras en la Plaza de los Héroes. Mármol y bronce distante que
no nos invita a entablar una conversación afectuosa y amena. “De eso se trata
el neoclasicismo”, podrán decirme ustedes. Pero no, hay algo más.
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La Fuente de Matías |
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Anonymus |
El halconero de “La Fuente de Matías” adopta una actitud engreída que no
se corresponde con su rango y la pose de “Anonymus” (en Városliget) no denota
la vocación comunicativa que caracteriza
a los buenos historiadores. Coincidentemente, ambos se refugian y se apartan en
una capucha que revela un misterio impostado, más perturbador que sugestivo, y tal
vez carente de un auténtico secreto. Cuando interrumpen su abulia, como el
Monje János Kapiztrán, lo hacen con gestos ampulosos y exagerados que concitan
menos atención que ganas de cruzar de vereda. Todos muy respetables, pero ¿Quién
se acercaría a invitarlos a tomar un café?
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János Kapistrán |
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Lenin |
Los años de la ocupación soviética trajeron tiranos, íconos y amigos del
régimen que hoy mascullan la amargura del destierro, reunidos y encerrados en
un predio al aire libre a pocos minutos del centro (*). Aunque exilados, su
ausencia no siempre pasa desapercibida.
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Déryné |
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Policía en la calle Zrínyi |
Afortunadamente la democracia le abrió las puertas a personajes más cordiales.
La precursora fue la actriz “Déryné” (¡mujer y artista tenía que ser!) que
irradia su luminosa simpatía desde la Plaza Krisztina. Signo de los nuevos
tiempos, el Conde Sándor Károlyi y el compositor Imre Kálmán directamente nos
dejan un espacio en sus asientos como invitándonos a conversar con ellos.
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Conde Sándor Károlyi |
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Imre Kálmán |
En tono más humorístico el robusto policía de la calle Zrínyi se aviene
a posar con los turistas que visitan la Basílica y le acarician afectuosamente
el abdomen. Pero la comedia no es una condición para concretar el necesario
encuentro. Así lo sugiere el poeta Miklós Radnóti, que nos espera enfermizo y
agobiado, quizás para compartir con nosotros uno de esos poemas póstumos que
escribió poco antes de exhalar un suspiro final, víctima de los trabajos
forzados en la última gran guerra.
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Miklós Radnóti |
Con urbana sencillez Imre Nagy mantiene la mirada fija en el Parlamento
y observa con atención la evolución de la república que él intentó fundar en
1956. Lo hace desde un modesto puente que quizás logre unir un día el alma de todos
los personajes esculpidos en la ciudad.
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Imre Nagy |
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Imre Nagy (detalle) |
Angeles grises, guerreros de pedestal, comunistas nostálgicos y artistas
bohemios de rostro amable. Entre ellos, más cerca de uno o de otro, pasamos nuestros
días los habitantes de Budapest. ¿Cuál
de ellos representa más acertadamente nuestro futuro?
Tenemos derecho a la esperanza. Seguramente el Teniente Columbo,
dubitativo y cordial como siempre en su esquina de la calle Falk nos dará la
clave para descifrar el enigma.
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Teniente Columbo |
Buscaba escritos actuales desde los hispanohablantes que vivían en Hungría pero hasta ahora no encontraba mucho más, que el estílo "quien conoce un buen peluquero en Budapest" á la facebook... Seguramente volveré a leer los nuevos escrítos aquí, muy informatívo, gracias por compartir sus experiencias en nuestro país.
ResponderEliminarArriba encontraba un error, si me permite corregirlo: "Kriztina" se escríbe correctamente "Krisztina" en Húngaro.
Un saludo,
József
Muchas gracias por el aliento y la observación. Ya está corregido.
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